Me dan ganas de robarte y llevarte a ver las cosas como yo las solía ver
de tirar toallas de colores sobre arenas blancas y calientes
de dormirme en un pecho y sentir el latido suave por la falta de preocupación alguna
Me dan ganas de poner todo pensamiento en un frasco y por un rato ser felices, irresponsables, tal vez idiotas pero felices sin duda, de olvidar consecuencias y causas.
Nadie es mejor consejero que uno mismo.
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